
El excéntrico dúo formado por Lord Fascinator (exvocalista de la banda australiana Children Collide) y la artista multidisciplinar Kate Stein presenta su primer trabajo conjunto, un EP que encapsula una década de colaboraciones surrealistas. Su historia comenzó cuando Kate, entonces diseñadora de criaturas fantásticas, recibió el encargo de crear monstruos gigantes para un videoclip de Lord Fascinator. Este peculiar encuentro evolucionó hacia una sociedad artística que ha incluido desde instalaciones de arte religioso hasta «retiros de yoga estilo Mad Max», culminando ahora en cuatro pistas de electrónica psicodélica que borran las fronteras entre el synth-pop cósmico y el country disco. Grabado en una torre de castillo en ruinas de Los Ángeles, el EP es un viaje sonoro que navega entre referencias tan dispares como el house alucinógeno, el spaghetti western sonoro y el pop galáctico. «Chemistry», el tema que abre el disco, establece el tono con arpegios sintetizados que orbitan alrededor de un bajo pulsante, creando lo que los artistas describen como «el latido de un planeta».
Le sigue «Asteroid», una inesperada fusión entre el trance espiritual de Spiritualized y el disco funk de Lipps Inc, con coros que brillan como meteoros en la noche. La mayor sorpresa llega con «Horse House», un country banger que combina silbatos de vaquero, relinchos equinos y un mantra repetitivo sobre la presencia equina en una vivienda. Lo que comenzó como una broma se ha convertido en un inesperado himno para pistas de baile, sumándose a la peculiar tradición de éxitos clubber con temática western. El cierre lo pone «Le Petit Martien», una pista que mezcla el noir de Nick Cave con la elegancia juguetona de Todd Terje, todo ello sazonado con versos en francés y un ritmo galopante. Tras años de proyectos paralelos – Kate Stein en el diseño espacial y la escena house underground, Lord Fascinator entre el rock alternativo, los DJ sets globales y experiencias gastronómicas inmersivas – este EP representa la primera vez que unen sus universos creativos en el estudio. El resultado es una obra tan inclasificable como sus creadores: un cóctel de referencias que va desde los sonidos de Laurel Canyon hasta la electrónica más vanguardista, todo filtrado a través de su estética compartida de neón y psicodelia.
