Desde su creación en 2012, Day Zero se ha consolidado como un evento único en la vibrante escena de festivales de Tulum, México. Nacido en el corazón de la selva, este festival ha tejido una narrativa poderosa que fusiona las antiguas tradiciones mayas con la vanguardia de la música electrónica contemporánea. Cada edición de Day Zero ofrece a sus asistentes una experiencia multisensorial que trasciende lo común, donde la música, el arte y la espiritualidad se encuentran en un entorno místico. Day Zero no es solo un festival, es un portal a otro mundo. Ubicado en las profundidades de la selva de Tulum, el evento se desarrolla en un entorno natural que respira historia y espiritualidad. Aquí, los asistentes son testigos de un espectáculo visual impresionante, con instalaciones de arte que se funden perfectamente con el paisaje, mientras que los rayos láser iluminan la densa vegetación.
La atmósfera se completa con rituales mayas tradicionales, realizados por guías locales que rinden homenaje a las culturas ancestrales de la región. Curado por el visionario Damian Lazarus, el line-up de Day Zero es un reflejo de su profundo conocimiento y amor por la música electrónica. Desde el atardecer hasta el amanecer, los asistentes disfrutan de sets que abarcan desde lo experimental hasta lo más icónico de la escena global. En ediciones anteriores, el festival ha contado con la participación de figuras influyentes como Fatboy Slim, Major League DJz, DJ Harvey, y Lee Burridge, entre otros. Cada uno de estos artistas aporta su estilo único, creando un mosaico sonoro que desafía los límites de los géneros musicales.
Uno de los pilares de Day Zero es su compromiso con la sostenibilidad y la responsabilidad social. A través del programa Crosstown Consciousness, el festival trabaja mano a mano con la comunidad local y los líderes espirituales mayas para minimizar su impacto ambiental. Iniciativas como la conversión de desechos plásticos en combustible, la restauración de arrecifes de coral y la reforestación de áreas clave en Tulum son solo algunos ejemplos del trabajo que se realiza detrás de las escenas para preservar el entorno natural que hace posible este evento. Con el paso de los años, Day Zero se ha convertido en un refugio para aquellos que buscan algo más que una fiesta. Es un lugar donde la música se convierte en una herramienta para la conexión, la reflexión y la celebración de la vida.
A medida que el festival continúa creciendo, sigue siendo fiel a su esencia, ofreciendo a los asistentes una experiencia que va más allá de lo ordinario. Day Zero no es solo un evento, es una tradición que ha dejado una huella imborrable en la cultura de festivales en Tulum. Aunque han surgido muchas imitaciones, ninguna ha logrado capturar la esencia única que hace de este festival una experiencia inolvidable. Day Zero sigue siendo un faro para aquellos que buscan una conexión auténtica con la música, la naturaleza y las antiguas tradiciones que siguen vivas en la selva de Tulum.